Clínica de Obesidad, Cirugía Bariátrica y Metabólica

¿Cómo alimentarse luego de una cirugía para la obesidad?

¿Cómo alimentarse luego de una cirugía para la obesidad?

La cirugía bariátrica (CB) o cirugía para la obesidad es una alternativa eficaz que modifica anatómica y funcionalmente el tracto digestivo. Tiene como objetivo alcanzar una pérdida de peso significativa y resolver —en forma parcial o definitiva— comorbilidades (como diabetes e hipertensión arterial, entre otras). Esta indicada en pacientes que presentanun Índice de Masa Corporal (IMC) igual o mayor a 40 (kg/m2) o igual o mayor a 35 (kg/m2) acompañado de enfermedades asociadas y que han fracasado sistemáticamente en tratamientos previos convencionales.

 Lic. en Nutrición Claudia Fraga Langortes

Evaluación preoperatoria

Es fundamental la atención de un equipo idóneo que considere los criterios de selección del paciente, realice una evaluación íntegra y detallada y acompañe el proceso pre y postoperatorio.

Asesoramiento nutricional

Consta de varias etapas:

Preparación nutricional preoperatoria

Quince días antes se confecciona una dieta líquida completa, individualizada y baja en calorías con el objetivo de promover un descenso de peso (aproximadamente un 10% del peso inicial). Es una oportunidad valiosa para realizar educación alimentaria sobre buenos hábitos a adquirir (tamaño de porciones, tiempo de las comidas, líquidos, etc.).

“Poco, a menudo y despacio”, es la consigna a incorporar y quizá lo más difícil de aprender.

Realimentación postoperatoria

En general se distinguen cuatro fases bien diferentes en cuanto a la consistencia de la dieta. El tiempo y el ritmo de progresión en cada etapa es individualizado y depende de la tolerancia y la evolución de cada paciente. El seguimiento con el equipo y la frecuencia de los controles es de fundamental relevancia en el proceso posterior a la cirugía. Primeros cinco días Se inicia una prueba de tolerancia con ingesta de agua dentro de las primeras 24 horas. Una vez tolerada el agua continúa una dieta líquida clara, sin azúcar, sin gas y sin cafeína: agua, té claro, caldo con agregado de aceite, jugo colado de compota, gelatina light. Los líquidos deben ser suficientes para permitir una adecuada hidratación, ingerirse en forma lenta y en volúmenes pequeños (30 mL/15 min.).

Dieta progresiva durante un mes

Dieta líquida completa hiperproteica al recibir el alta

Se incorporan lácteos descremados (leche o yogur líquido), en conjunto con suplementos de proteínas. El volumen de líquidos a ingerir es de 100 mL/hora en preparaciones a base de leche, caldo de verduras y jugo. Se suplementa el aporte de proteínas y calorías. Comienza la suplementación líquida de vitaminas y minerales. Al alta se mantiene contacto por vía telefónica y control en la clínica a la semana. En la transición de la dieta líquida a la blanda se modifica gradualmente la concentración de los preparados agregando: verduras y frutas sin cáscara y cocidas, quesos frescos descremados, huevo cocido. Se mantiene y vigila el aporte de proteínas.

Dieta blanda

La consistencia dependerá de la tolerancia de cada paciente probando de a 2 cucharadas. Se incorpora gradualmente huevos, quesos frescos descremados, carnes blancas molidas; en preparaciones tipo papilla o puré mezcladas con las verduras y el agregado de aceite. El volumen de líquidos aumenta hasta llegar de 150 a 200 mL/hora. El suplemento vitamínico y mineral líquido o en comprimidos se indica en forma definitiva. La asistencia a los controles es semanal. En la transición a un plan de alimentación saludable de consistencia normal se agregan alimentos como pastas secas, harina de maíz, arroz, verduras crudas sin piel ni semillas, carne vacuna y de cerdo magras según tolerancia. Los alimentos deben ser bien masticados hasta lograr una consistencia puré antes de tragarlos.

Plan de alimentación saludable

A los dos a tres meses postoperatorios se indica un plan de alimentación individualizado, hipocalórico con un adecuado aporte proteico, de consistencia sólida, basado en las necesidades de cada paciente. Se sugiere realizar seis ingestas al día, con una duración de 30 minutos cada una de ellas, jerarquizar el consumo de alimentos proteicos, evitar el picoteo, evitar azúcares refinados y alimentos de alta densidad calórica, cuidar el tipo de grasa consumida, y utilizar vajilla pequeña para ayudar al control de porciones. Los líquidos a ingerir son de 200 a 250 ml lejos de las comidas (30 minutos antes o después de las ingestas sólidas). Evitar el consumo de alcohol.

Recomendaciones

Con el objetivo de apoyar al paciente en el sostenimiento del peso perdido, mejorar la calidad de vida y mantener un buen estado de salud cobra gran jerarquía el cumplimiento de un control anual con el equipo de especialistas, así como los métodos didácticos usados en la consulta para proporcionar consejos nutricionales y de estilo de vida al paciente.

En ese sentido, en Argentina se elaboró la “Gráfica alimentaria para la población Bariátrica” de ese país, en la cual se enumeran consejos para puntos clave del tratamiento.

-Realizar de 4 a 6 ingestas al día, con una duración mínima de 30 minutos.

-Priorizar en cada comida el consumo de alimentos con alto contenido proteico (carnes blancas y rojas, lácteos descremados y huevo).

-Consumir diariamente al menos un litro y medio de líquidos, sin calorías y sin gas, prefiriendo agua potable.

-No beber durante las comidas. Hacerlo 30 minutos antes o después de las mismas.

-Comer tranquilo, sentado, sin tensiones. Masticar muy bien los alimentos.

-Evitar el “picoteo” (galletitas, pan, caramelos, dulces, etc), que puede provocar aumento de peso.

-Disminuir el consumo de alimentos ricos en azúcares refinados.

-Utilizar aceite de oliva extra virgen, girasol, canola, etc. preferentemente crudo y evitar la grasa de origen animal.

-Tomar diariamente las vitaminas y minerales indicados.

-Evitar el consumo de bebidas alcohólicas. Mantener una vida activa y realizar ejercicios en forma regular.

-Concurrir a los controles indicados por el equipo de especialistas bariátricos.

Mensaje final

La CB es una herramienta eficaz pero no es mágica. El paciente, acompañado por el equipo interdisciplinario, debe cuidar los logros que obtuvo con tanto esfuerzo. El Licenciado en Nutrición debe estar alerta y monitorizar con detalle cada aspecto del proceso pre y postoperatorio para contribuir a que el paciente mantenga un buen estado de salud, mejore su autoestima y calidad de vida luego de la cirugía. El éxito del mantenimiento de la pérdida de peso requiere un compromiso a largo plazo. Alimentación, ejercicio y cambios internos se traducen en ocupación y afecto hacia uno mismo.

 

Fuente: Nutriguía