A partir de los 9 años, los niños valoran el deporte porque les ayuda a mejorar la nota y su posición social, pero no porque sea saludable y les hace sentirse bien. Es la antesala del sedentarismo y la obesidad social.
Según el Comité Olímpico Internacional, el deporte es un derecho humano que genera bienestar físico y emocional y transmite valores como el aprendizaje, el esfuerzo, la superación, la perseverancia, la igualdad, el respeto, la solidaridad y el compañerismo, entre otros.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) han descubierto que, a partir de los 9 años, los niños consideran que el deporte es bueno porque les ayuda a mejorar las notas y su posición social, pero no porque sea una práctica saludable que les hace sentirse bien.
El estudio se realizó con 1.200 escolares de la ciudad de Ginebra con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años. Los niños tenían que completar cada seis meses un cuestionario para medir sus motivaciones respecto al deporte.
Tenían que puntuar en una escala de 7 los principales valores atribuidos al deporte: el aprendizaje, la salud, obtener mejores notas, la valoración de los demás, la integración social, evitar la culpa o la vergüenza, etc.
Mejores notas
Así descubrieron que a partir de los 9 años, los niños practican deporte, sobre todo, porque les ayuda a mejorar su calificación escolar y a quedar bien con los amigos. No consideran tan relevante que el deporte les ayude a mantener la salud y a sentirse bien.
“Nuestros resultados muestran por primera vez que existe una fuerte caída en los valores atribuidos a la actividad física en la escuela primaria a partir de los nueve años de edad”, señala Julien Chanal investigador en la Sección de Psicología de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de UNIGE, en un comunicado. «¡Nunca hemos observado este descenso a una edad tan joven!»
Añade que, aunque ese cambio de actitud hacia el deporte no disminuye su ritmo de actividad física, lo grave es que las motivaciones que argumentan los niños a esa edad para practicar deporte son positivas solo a corto plazo.
Eso significa que, cuando se hagan adultos, perderán el interés por el deporte y tenderán a ser más sedentarios, ya que las motivaciones pueriles pierden interés a medida que vamos madurando con la edad.
Cambios en la educación física
Los resultados de esta investigación, publicados en la revista Psychology of Sport and Exercise, plantean la necesidad de reflexionar sobre cómo se enseña educación física en la escuela primaria, ya que es el único sitio donde se puede llegar a todos los niños, según los investigadores.
“En las últimas décadas, la enseñanza de la educación física ha cambiado enormemente. Las clases son más académicas, con niños que aprenden sobre reglas, funcionamiento motor, apoyo mutuo, etc.», explica Chanal.
Esto significa que en las clases de educación física, se dedica menos tiempo a practicar deporte y más a teorizar sobre esta práctica, lo que puede influir en la valoración que hacen los niños de esa actividad escolar.
En un estudio anterior, investigadores de UNIGE descubrieron que en la escuela suiza no se alcanzan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en términos de tiempo dedicado a la práctica deportiva.
Según la OMS, los niños deberían estar activos al menos el 50% del tiempo dedicado a la educación física en la escuela primaria, pero en las escuelas suizas se mueven físicamente solo el 38% del tiempo. Y cuanto más crece el niño, menor es el porcentaje de actividad física real.
«Ahora que los niños no se mueven tanto antes de salir de la escuela, es esencial que los períodos de clases dedicados a la educación física maximicen el movimiento», concluye Julien Chanal. La OMS aconseja 150 minutos de educación física por semana.